Seleccionando los objetivos más adecuados para viajar

En poco más de dos semanas me iré a pasar cuatro días a Bruselas junto con mi hermano y Joe con la intención de visitar a mi hermana y hacer varias excursiones a ciudades más o menos cercanas como Colonia, Ámsterdam o Brujas. No conozco ninguno de estos lugares y la verdad es que me atrae muchísimo el comprobar qué fotos seré capaz de hacer por allí.

De todos modos, para no perder mucho tiempo en los aeropuertos y tal hemos decidido no facturar ninguna maleta, de modo que el único equipaje que voy a llevar será el de mano que se puede llevar encima durante el trayecto; y lo señalo porque de ahí se desprende el mayor dilema que he tenido durante estos días: ¿Qué objetivos llevar?

Está claro que por razones de peso y tamaño no me puedo llevar todas mis ópticas, de modo que he de afinar al máximo y llevarme exclusivamente aquello a lo que vaya a sacar mayor partido. Vamos a hacer un rápido repaso de lo que tengo ahora mismo en mi bolsa de fotografía:

Familia Nikon en la actualidad

En principio había pensado en llevar mi ojo de pez Falcon, pero puesto que distorsiona la realidad de forma evidente y lo que pretendo es tener un recuerdo de mi paso por el centro de Europa he decidido dejarlo en casa. Además, él sólo pesa casi medio kilo, de modo que supondría un lastre considerable.

Los tubos de extensión y el 35-70 se quedan en casa por el sencillo motivo de que bastante pillados de tiempo vamos a ir como para andar haciendo fotos en macro, ya que al no disponer de un objetivo dedicado a estos menesteres es una labor que requiere tiempo y paciencia. Algo que a mis acompañantes no creo que les sobre. Además, no creo que vaya a hacer demasiadas fotografías de este tipo, así que queda descartado.

Llevando el 18-55 y el 55-200 cubro un buen rango focal, y además al ser ambas las versiones VR podré disparar incluso si las condiciones de luz no son demasiado favorables (allí anochece antes que en España y además suele estar bastante nublado). Por lo tanto, estos dos objetivos se vienen conmigo sí o sí.

Por último, me gustaría llevarme también una focal fija y luminosa para poder hacer algún desenfoque acusado o poder disparar en interiores sin emplear el flash. Y es verdad que soy un defensor a ultranza del Nikon AF-S 35mm f/1.8 G DX, pero he decidido que al final voy llevarme el Nikon AF 50mm f/1.8D por dos sencillos motivos: es bastante más pequeño y siempre me ha dado la sensación de que su bokeh es algo más suave.

Sé que tendré que enfocar a mano con él y que a f/1.8 tiene menos nitidez que el 35mm; pero el hecho de que quepa en cualquier bolsillo y que haga unos desenfoques tan bonitos a f/2.8 es lo que al final me ha hecho decantarme por él. Y que conste que el 35mm me parece mejor objetivo en términos generales, pero en este caso creo que le puedo sacar más partido al clásico 50mm por las circunstancias que rodean al viaje.

Por lo tanto, las tres ópticas que acompañarán a mi D40 en este viaje por tierras centroeuropeas serán los siguientes:

Los tres elegidos

  • AF-S Nikkor DX 18-55mm f/3.5-5.6 G VR
  • AF-S Nikkor DX 55-200mm f/4-5.6 G ED VR
  • AF Nikkor 50mm 1:1.8 D

Confieso que en un primer momento tuve la idea (un poco loca, eso sí) de llevarme nada más que la D40 con el AF-S 35mm f/1.8 para obligarme a exprimirlo al máximo; pero pensándolo fríamente, limitarme a una sola focal cuando vamos a visitar lugares de lo más variopinto puede hacer que me pierda un montón de fotos que tal vez no podré volver a hacer. Por eso he preferido optar por la versatilidad de mis dos objetivos zoom con VR y contar con el respaldo de una focal fija y luminosa que apenas ocupa espacio en la maleta.

Tengo el presentimiento de que me voy a encontrar con un montón de escenas dignas de ser retratadas durante los días que voy a estar por Bélgica y alrededores, así que espero acertar con mi elección de ópticas. De todos modos, salga lo que salga, ya me encargaré de mostrároslo por aquí.

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

Review: AF-S DX Nikkor 55-200mm f/4-5.6 G ED VR

Desde hace un par de semanas he cambiado mi teleobjetivo Nikon 55-200 por la versión estabilizada del mismo cansado de obtener algunas imágenes trepidadas cuando el motivo a fotografiar no estaba bien iluminado. En esos casos o subía la sensibilidad ISO de la cámara a 400 u 800 o directamente ni intentaba hacer la fotografía; ya que ante la ausencia de luz los tiempos de exposición eran demasiado largos para este rango de focales. En estos casos el VR es una valiosa ayuda que me permitirá ampliar un poco las limitaciones de mi equipo fotográfico.

Nikon AF-S 55-200 VR

A estas alturas de la película ya sabréis que tenemos dos opciones para disparar a pulso con poca luz sin subir demasiado la sensibilidad ISO y sin usar un flash: o bien empleamos un objetivo muy luminoso que nos permita tiempos de exposición muy breves (razón por la que los teleobjetivos f/2.8 se cotizan mucho entre los fotógrafos especializados en deportes) o empleamos una óptica estabilizada que nos permita tiempos de exposición más largos sin que las imágenes aparezcan trepidadas, aunque en este caso los objetos que estén en movimiento no aparecerán nítidos.

Puesto que un zoom luminoso se me sale muchísimo de presupuesto (el nuevo Nikon 70-200 f/2.8 VR sale por unos 2000 euros) he preferido gastarme diez veces menos y hacerme con un Nikon 55-200 f/4-5.6 VR del que hoy me gustaría hablaros después de haber disparado ya más de un centenar de imágenes con él.

El objetivo en la mano

Si colocamos la versión VR del 55-200 junto a la no estabilizada podremos ver varias cosas de un simple vistazo:

Nikon AF-S 55-200 VR vs. Nikon AF-S 55-200

Por una parte el objetivo es ligeramente más largo y su parasol es circular en lugar de pétalos. En cuanto al peso, es 80 gramos mayor en la versión estabilizada por su mayor complejidad interna y cuenta con un interruptor más que controla la activación o desactivación del sistema VR. Por cierto, aprovecho para comentaros que el VR que equipa este objetivo es el más sencillo de los dos que hay en la gama de objetivos de Nikon, por lo que no hay más controles que el ON-OFF que os decía hace un momento, estando presentes otros modos más avanzados en el VR II que equipan las ópticas más punteras de la marca.

De cualquier modo, en ambos modelos la montura es de plástico (una pena, porque se agradece mucho cuando es metálica) y el diámetro del filtro es de 52mm; por lo que he podido colocar sin problemas el Kenko Protector que tenía puesto en el primer modelo. Lo que sí que se aprecia es que la construcción y el tacto del zoom es algo más sólido en la versión estabilizada. Se trata de una óptica con motor de enfoque AF-S incorporado (será capaz de enfocar automáticamente en las cámaras Nikon que no posean motor en el cuerpo) y diseñada exclusivamente para sensores de tipo DX, por lo que no podremos emplearla en cámaras FX a no ser que activemos el modo de recorte que emplea sólo la parte central del sensor. Tenéis más información sobre el tema DX vs FX en esta entrada del blog.

Detalles

Del enfoque manual mejor ni hablamos, ya que el anillo de enfoque (en realidad la parte frontal del objetivo) tiene tan pocos grados de giro que es imposible afinar a mano el enfoque, siendo mucho mejor dejar esa tarea a la electrónica de la cámara tanto en una óptica como en la otra.

Usando el 55-200 VR

La principal ventaja del 55-200 VR sobre la versión anterior es, lógicamente, la posibilidad de emplear velocidades de disparo más bajas de lo normal. Ya sabéis que el sistema VR consiste en una lente dentro del objetivo que «baila» según los movimientos de nuestro pulso compensando ese leve temblor de tal modo que sobre el sensor de la cámara se proyecta la imagen captada por la óptica de una forma más estable. Según el fabricante, activando el VR podemos disparar a velocidades hasta ocho veces inferiores (tres pasos) a la que correspondería si empleáramos la típica regla de la inversa de la focal en equivalente a sensor de 35mm. Por lo tanto, si a 200mm teníamos que disparar a una velocidad de por lo menos 1/300, ahora podremos hacerlo a 1/40 obteniendo una imagen nítida.

Del mismo modo, el VR ayuda a componer las fotografías en el visor de la cámara puesto que vamos a tener una visión sin saltos ni temblores y, sobre todo, va a echar una buena mano al sistema de enfoque de la cámara al poder trabajar éste con una imagen estática con la que poder afinar más la nitidez del motivo enfocado.

La calidad de imagen disparando a aperturas que ronden f/8 es muy similar a la que daba la versión no estabilizada, pero lo bueno de la versión VR y su renovado esquema óptico es que vamos a poder disparar con el diafragma algo más abierto obteniendo una nitidez notable y un viñeteo prácticamente inexistente (cosa que se daba con cierta frecuencia en la versión anterior de la óptica), lo que nos ayudará a desenfocar prominentemente los fondos a la hora de hacer retratos.

Mi hermana

El mecanismo estabilizador nos va a permitir hacer fotografías con focales largas en condiciones de poca luz (días nublados, amaneceres, ocasos…) sin necesidad de subir la sensibilidad ISO de la cámara o usar un trípode. En mi caso particular, me fui a primera hora de la mañana en un día muy nublado a un parque cercano a mi casa para disparar unas fotografías a una fuente a la que llevaba tiempo con ganas de retratar y he de reconocer que he quedado gratamente sorprendido por los resultados.

Amanecer acuático

Ya sabéis lo mucho que me gusta callejear por la ciudad con la cámara, y he de reconocer que aunque el 55-200 me ha venido muy bien en multitud de ocasiones, la versión estabilizada es más funcional al no tener que depender tanto de las condiciones de iluminación exterior. Los días nublados y las sombras de los edificios ya no son un problema y además, como os decía antes, el sistema estabilizador hace que ganemos en nitidez y facilidad de enfoque al proyectar la imagen con más nitidez sobre el sensor de la cámara.

Ahora ya estoy acostumbrado a la sensación de mirar por el visor de la réflex con un objetivo estabilizado gracias al 18-55 VR que llevo usando unos meses, pero me gustaría comentaros que las primeras veces uno tiene la sensación de estar un poco mareado debido a que el movimiento de nuestro pulso y lo que vemos con nuestros ojos no se corresponde al 100%, especialmente en las focales más largas. Es un poco como la sensación de ir en barco, pero a la inversa.

Las veteranas del barrio

Por lo demás, antes de dejaros con una breve conclusión y algunas fotografías más a modo de ejemplo para finalizar el artículo, me gustaría comentaros algunos detalles de poca importancia pero que no quisiera pasar por alto. Cosas como por ejemplo que el parasol puede ser montado al revés para almacenar el objetivo sin que ocupe tanto o que el enfoque se realiza de forma interna, no aumentando su tamaño en función de ello aunque sí en el caso de variar la distancia focal. Del mismo modo, el anillo del zoom tiene un tacto sólido y muy directo, lo que unido a su generosa anchura hace que variar la distancia focal sea algo casi instantáneo.

Conclusión

Si ya tenéis un 55-200 no estabilizado, con esta version VR vais a cubrir el mismo rango focal con la misma luminosidad; por lo que la ventaja radica en el estabilizador VR, una calidad de imagen algo mejor y una casi total ausencia de viñeteo. De cualquier modo, la versión anterior de este teleobjetivo es muy funcional y, de hecho, es la que he estado empleando durante un año con estupendos resultados siempre que la iluminación fuera más o menos intensa. En ese caso la recomendación de esta versión estabilizada es relativa ya que, como os decía antes, no vais a apreciar una mejora considerable en cuanto a rango focal o luminosidad.

Sin embargo, si os acabáis de comprar una cámara Nikon con sensor DX que viene con un 18-55 y ya habéis descubierto que se queda un poco corto para alcanzar ciertos detalles, lo más recomendable es que os hagáis con la versión VR, ya que vais a poder emplearlo con una iluminación más ténue sin merma en la nitidez de las imágenes; sobre todo teniendo en cuenta que no cuesta mucho más que la versión anterior.

Galopando entre gotas de agua

Es decir, que si no tenéis focal cubierta más allá de los 55mm la versión VR es muy recomendable. Sin embargo, si tenéis ya un 55-200 no estabilizado pensad si os merece la pena, pues aunque yo lo considero recomendable, es un gasto «extra» que tal vez no a todo el mundo venga bien. De hecho, supongo que acabaré vendiendo la versión antigua debido a que no creo que la vuelta a usar más teniendo la VR en la bolsa de fotografía.

Y ya sin más, os dejo con algunas imágenes más que he sacado «a pulso» estos últimos días con el Nikon 55-200 VR y mi D40. Algunas de ellas puede que ya os suenen, porque de hecho es un objetivo que me llevé para captar las imágenes que ilustran las entradas que he publicado recientemente narrando un paseo por Madrid o el inicio de año en Redueña. Podéis consultar los datos EXIF de las mismas haciendo click sobre cualquiera de ellas y mirando el apartado «más propiedades» que tenéis en la parte derecha de la página de Flickr que se abrirá.

Fotografías de ejemplo

Contenedores y desenfoques

Desafiando a la ley de la gravedad

De charla con musarañas

Sólo en el asfalto

Lluvia permanente

Torres blancas

Mahou

Escaleras y farolas

Verde

Farolillo

Cementerio de Redueña

Señales

Gato tamaño XXL en Redueña

Fronteras

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

La familia Nikon sigue creciendo

Han transcurrido casi seis meses (¡cómo pasa el tiempo!) desde que me compré la Nikon D40 que venía con el objetivo AF-S DX Nikkor 18-55mm 1:3.5-5.6GII ED y durante este tiempo se han unido al clan cuatro objetivos más:

AF-S DX Nikkor 55-200mm 1:4-5.6G ED

AF Nikkor 50mm 1:1.8D

– AF Zoom Nikkor 35-70mm 1:3.3-4.5 S Macro MK I

AF-S DX NIKKOR 18-55mm f/3.5-5.6G VR

La familia Nikon sigue creciendo

NOTA: la fotografía tiene notas descriptivas de lo que es cada cosa. Podéis verlas pinchando sobre la imagen para acceder a su página en Flickr

La familia ha crecido considerablemente como se puede ver en la fotografía, pero ahora mismo, con la reciente llegada del 18-55 VR, me encuentro con que el 18-55 que venía con la cámara se me ha quedado muerto de risa en el armario, por lo que es posible que me lo saque de encima en breve. En principio había pensado en venderlo en el foro de Nikonistas, pero teniendo en cuenta que ese modelo se cotiza a unos 70 euros y que ir a Correos a mandar un paquete es un verdadero suplicio por las colas que se forman, es posible que le busque alguna salida «alternativa». Ya pensaré en algo…

¡Ya tengo los tres objetivos que quería!

Cuando me compré la Nikon D40 me planteé también los objetivos que me gustaría tener, llegando a la conclusión de que aparte del gran angular que viene con la cámara me haría falta un teleobjetivo moderado y algún objetivo bastante luminoso de focal fija . Como os comentaba hace unos días el tele no tardó en aparecer y ayer, por fin, me acerqué a Madrid para hacerme con el ansiado AF-D Nikkor 50mm 1.8D gracias a un amable forero de Nikonistas que se ofreció a vendérmelo, pues sabía que lo estaba buscando desde antes de Navidad y en las tiendas actualmente es imposible encontrar uno (hay rotura de stock). En general, los que somos aficionados a la fotografía somos muy cuidadosos con nuestras cosas, y no hay más que ver el perfecto estado del «50 1.8» que he adquirido hace apenas unas horas para darse cuenta de que es una teoría bastante válida. La verdad es que da gusto ver que hay más gente cuidadosa por el mundo de lo que podría parecer a primera vista.

Puesto que había bastante tráfico en la carretera regresé a casa prácticamente a la hora de cenar, así que apenas tuve tiempo de colocarlo en mi cámara y probarlo; pero no perdí la ocasión de hacerle alguna fotillo según lo saqué su caja para ilustrar esta entrada. Os pongo a continuación las imágenes del objetivo y de toda la «Familia Nikon» que, por cierto, considero completa a medio plazo porque con estos tres objetivos puedo cubrir muchos tipos de fotografía y en principio no me haré con ninguno más de aquí a unos cuantos meses. De todos modos, junto con esta última adquisición se ha venido también a mi casa un elemento que me será muy útil para retratar paisajes y del que ya os hablaré más adelante  😉

Foto de familia

La "familia Nikon": delante del cuerpo de la D40 de izquierda a derecha podéis ver el AF-S 18-55, el AF-D 50 1.8 y el AF-S 55-200 con su parasol

AF-D Nikkor 50mm 1.8 (I)

La montura del 50mm y sus dos anillos: en primer término el de diafragmas y en el extremo el de enfoque

AF-D Nikkor 50mm 1.8 (II)

La vista desde atrás ya da una pista de la gran luminosidad de este objetivo

AF-D Nikkor 50mm 1.8 (III)

Vista frontal del AF-D a su máxima apertura (f/1.8)

Mis tres primeros objetivos

"Vista aérea" de los tres objetivos, destacando el bonito diafragma (f/22) y la gran apertura del 50mm

Primeras fotos con el teleobjetivo

Como os decía ayer, por fin pude estrenar el teleobjetivo que me llegó a mediados de semana. Aprovechando que hacía una mañana con bastante sol me acerqué a la plaza del Palacio Arzobispal en busca de gorriones bañándose en las aguas de la fuente que hay allí presente.

Por desgracia a ningún pajarillo le dio por acercarse a darse una ducha durante el rato que anduve por allí, pero sin embargo conseguí un par de fotografías más o menos decentes de la fuente que me sirvieron para comprobar que en las distancias largas la profundidad de campo es bastante reducida y por lo tanto hay que ser cuidadoso con lo que enfocamos porque todo lo demás no quedará nítido en absoluto.

La ducha de la hoja

Salpicaduras

Justo cuando me iba a marchar de la plaza miré hacia las ramas de los árboles y me encontré con un par de gárgolas que me observaban desde una de las fachadas del propio palacio.

Gárgolas

Por último, y ya de camino a casa, me encaminé hacia la calle Mayor y allí, cuando trataba de encuadrar sus columnas, una mujer se cruzó por delante del objetivo. La fotografía resultante no era gran cosa (como digo, estaba «de pruebas») pero me hizo gracia esa mirada distraída de la señora que parecía más pendiente de los escaparates que de cualquier otra cosa.

Intrusa

Sé que son unas imágenes muy flojitas, pero tenía ganas de mostrároslas porque son las primeras que hago con el nuevo teleobjetivo y porque seguro que dentro de un tiempo las vuelvo a ver y me doy cuenta de que he progresado bastante en esto de la fotografía (o al menos eso espero 😉 ).

PD: se chafó a última hora lo del 50 1.8D. La búsqueda de ese objetivo se está convirtiendo en una especie de maldición, porque llevo dando vueltas detrás de él desde Navidades y todavía no he sido capaz de encontrarlo en ninguna tienda. Ya os contaré otro día.

El 55-200 ya está en mi cámara

No ha pasado mucho tiempo desde que os comenté que para ampliar un poco mi equipo fotográfico había decidido hacerme con un teleobjetivo moderado y un 50mm luminoso. Pues bien, el miércoles a última hora de la tarde me llegó el tele (al final la versión no VR; me hicieron una oferta que no pude rechazar :mrgreen: ) y en breve caerá en mis manos el ansiado AF-D Nikkor 50mm 1:1.8 ideal para escenas con poca luz. De momento no he podido trastear mucho con el 55-200 porque esta semanita ha sido bastante aciaga en la oficina, pero por las pocas pruebas que he podido hacer en casa y a través de la ventana creo que lograré algunas fotos bastante chulas por la ciudad.

nik55200

No creáis que un teleobjetivo es sólo para paparazzis y capturadores de exclusivas a distancia, pues es una herramienta muy adecuada para retratos gracias a que su distancia focal permite desenfocar mucho el fondo y resaltar el motivo principal. Me vendrá muy bien para mis habituales fotografías a gorriones y fuentes y también para realizar algunos experimentos en tilt-shift 😛

Su nombre completo es AF-S Nikkor 55-200mm 1:4-5.6G ED y se trata de un objetivo dotado de enfoque automático mediante motor ultrasónico (por tanto plenamente compatible con las Nikon D40 / D40x / D60) y no excesivamente luminoso dado que es uno de los más sencillos en la gama de Nikon. Tiempo habrá de hacerse con un tele de gama más alta dentro de un tiempo cuando sepa sacarle el jugo a sus posibilidades; pero de momento me interesaba más practicar el tema del rango focal (el 18-55 que viene con la cámara es bueno para fotos generales de paisaje, pero se queda corto para acercarse a los detalles) que las altas prestaciones. De cualquier modo pese a que, como os digo, se trata de un objetivo bastante sencillo, fijaos en la cantidad de lentes que posee en su interior en la siguiente «radiografía»; y es que los zooms suelen ser complicados de realizar sean del rango que sean.

nikon-55-200mm-f-4-5-6g-ed-af-s-dx-zoom-nikkor453333

Podéis imaginar la complejidad de diseño y montaje de un objetivo de este tipo, y es que en estos ingenios, una desviación de medio milímetro significa la diferencia entre una buena calidad de imagen y un desastre absoluto. Cuando el objetivo enfoca o giramos el barrilete exterior para variar la distancia focal comienza un baile interior en el que participan todas las lentes y que necesita de una precisión absoluta.

Para luminosidad ya está el 50mm 1.8D que en teoría tendré en mis manos el Lunes y del que os hablaré en otro momento. De momento aprovecharé este fin de semana para experimentar un poco con este 55-200,  las distancias medio-largas y el juego que pueden dar. Así que nada; ya os podéis imaginar que en breve habrá fotos nuevas por aquí  😉

Dudando entre dos objetivos para mi Nikon D40

Ya que el haber expresado mis dudas por aquí en voz alta a la hora de decidirme a comprar una cámara reflex ha dado un buen resultado, hoy me planteo una segunda cuestión: ¿Qué objetivo elegir para ampliar las capacidades fotográficas de la cámara? La D40 viene con el conocido objetivo AF-S Nikkor 18-55mm 1:3.5-5.6GII ED que está bien para hacer fotos amplias de paisajes y alguna cosilla más, pero se queda un poco corto a la hora de hacer retratos o captar detalles lejanos.

nikon-18-55

Mi actual objetivo: el Nikkor AF-S 18-55 que viene con la D40

El dilema básicamente está entre dos modelos fabricados por Nikon que no tienen absolutamente nada que ver el uno con el otro y que están dirigidos a funciones muy diferentes. Por un lado está el AF-D Nikkor 50mm 1:1.8 y por otro el teleobjetivo AF-S Nikkor 55-200mm 1:4.5-6 G DX VR.

El primero de los dos consiste en un sencillo objetivo de 50mm fijos con el que tendría que enfocar manualmente en mi Nikon D40. ¿Qué ventaja tiene?, os preguntaréis entonces. Pues simplemente que posee una calidad óptica casi perfecta y una luminosidad bestial. Es un objetivo que a igual ISO me permitiría emplear una velocidad de obturación hasta 10 veces menor que si empleo el objetivo que viene de serie con la cámara en la longitud de 50mm (apertura 1.8 frente a 5.6 respectivamente) lo que me vendría muy bien para las típicas escenas de atardeceres y demás situaciones con poca luz. Además, al tener una apertura tan grande, en primeros planos de objetos y retratos consigue desenfocar muchísimo el fondo, realzando lo que queremos destacar en la imagen.

Candidato 1: Nikkor AF 50mm f/1.8D

Otra ventaja de este objetivo es su precio, pues lo podemos encontrar con facilidad por debajo de los 150€, lo que está más que bien para un objetivo tan luminoso como este gracias a que es un modelo bastante sencillo al ser de 50mm fijos y bastante veterano ya; de ahí que no enfoque automáticamente en las nuevas Nikon de gama baja (D40, D40x y D60). Como os digo, es un objetivo que me tienta mucho y sé que tarde o temprano acabará cayendo en mis manos porque creo que puedo aprender mucho con él.

En el otro lado del cuadrilátero está el teleobjetivo 55-200 que os decía. En este caso se trata de un modelo totalmente compatible con la Nikon D40 y que además cuenta con estabilizador de imagen para situaciones en las que la luz ya va un poco justita para hacer las fotos a pulso. Éste me gusta porque se complementa a la perfección con el objetivo que venía con la cámara y me permitirá poder hacer cosas que ahora mismo no puedo (en la excursión al monte del viernes eché de menos tener algo más de distancia focal para ciertas tomas).

nikon55200-big

Candidato 2: Nikkor AF-S 55-200 VR

Su precio no es demasiado alto (ronda los 200€) y su calidad es bastante aceptable para el precio que tiene por lo que he podido leer en los múltiples análisis que hay por internet; así que aunque no sea un objetivo enfocado a profesionales de la imagen, para el tipo de uso que yo le voy a dar se adapta más que de sobra.

Evidentemente lo ideal sería comprar un objetivo 18-200 estabilizado, con una focal de 1.8 constante (y si es 1.4 mejor) y totalmente compatible con la Nikon D40; pero como algo así no existe y si existiera sólo estaría al alcance de multimillonarios, estas dos son mis opciones principales. Algo me dice que acabaré haciéndome con los dos porque ambos me van a venir muy bien y porque voy a poder hacer muchas cosas con ellos; así que como ya me conozco bastante creo que la verdadera duda en realidad radica en decidir cuál me compraré primero 😛

Por cierto, os dejo a continuación tres enlaces a otros tantos análisis (realizados por Ken Rockwell) de los objetivos comentados en el texto:

Nikkor AF-S 18-55mm II

Nikkor AF 50mm f/1.8 D

Nikkor AF-S 55-200mm VR

EDITO: cuanto más veo la fotografía del 50mm más se me cae la baba… creo que ya sé cuál caerá primero; y es que no hay nada como plantear aquí mis dudas fotográficas para que queden automáticamente resueltas pocas horas después  😛