Fotografía realizada en uno de los ventanales de la escuela politécnica de la universidad de Alcalá.
Datos de la toma
Nikon D40 + Nikkor 50mm 1.8D
1/320
f/8
ISO 200
Sí, ya sé que me pongo muy pesado contando las excelencias del Nikkor 50mm 1.8D, pero es que no puedo dejar de maravillarme ante la nitidez que es capaz de dar este pequeño objetivo en una simple Nikon D40. Hace unos días me planté delante del grifo de la cocina con la sana intención de fotografiar una gota de agua y tras unas cuantas fotos de prueba afiné al máximo el enfoque (a estas distancias tan cortas mover el plano de enfoque un milímetro por delante o detrás da al traste con la foto) y esto es lo que obtuve finalmente (enlace a la fotografía en su tamaño original).
Datos de la imagen
Nikon D40 + Nikkor 50mm 1.8D
1/400 seg
f/3.2
ISO 200
Flash de la propia cámara
Me fascinó al ver la imagen en el monitor la brutal nitidez de la gota de agua cayendo con su peculiar forma de signo de exclamación; pero sobre todo me encantó comprobar cómo con una cámara reflex bastante simple y un objetivo que cuesta poco más de 100 euros (es uno de los más baratos del mercado y al mismo tiempo uno de los más recomendables) se pueden conseguir con un poco de paciencia imágenes realmente bonitas. El poder de la fotografía reside en que es capaz de resaltar los detalles más banales y llevarlos a una nueva dimensión; y es que una gota de agua nunca me había parecido tan bonita.
Hace ya casi dos meses que me hice con este objetivo después de haberme pasado las Navidades dando vueltas infructuosamente de tienda en tienda para intentar dar con él. Finalmente, tal y como os comenté en una entrada que escribí con el objetivo recién estrenado, un miembro del foro de Nikonistas se ofreció a venderme el suyo y desde ese día cada vez que lo he montado en mi cámara he podido comprobar por mí mismo su excelente calidad de imagen y su gran luminosidad.
Con una apertura máxima de 1.8 sirve perfectamente para realizar fotografías al atardecer o en condiciones de luz indirecta a una velocidad de obturación más o menos elevada gracias a su luminosidad. No conviene disparar por sistema a su apertura máxima porque se pierde algo de nitidez como os comentaba en aquella larga explicación sobre este importante parámetro, pero como os digo, la capacidad de conseguir imágenes estáticas en condiciones de poca luz es algo que no tiene precio.
Es cierto que mi primera intención fue comprar este objetivo para realizar las fotografías que os comentaba en el párrafo anterior, pero cuando empecé a cerrar el diafragma porque había luz más que suficiente para realizar las fotografías entendí que la otra gran baza de este objetivo es que bajo esas condiciones es tremendamente nítido a la hora de inmortalizar cualquier cosa que se le ponga por delante.
He de proclamar a los cuatro vientos que hacer fotografías con el Nikkor 50mm 1.8D es una delicia: es verdad que en mi D40 hay que enfocar en manual, pero eso no representa ningún problema y enseguida se le coge el truco. Además, un objetivo de focal fija como éste te enseña a componer las fotografías mucho mejor que con un zoom. Usando un 50mm nos vamos a ver obligados a «movernos sobre el terreno» para encuadrar lo que hay delante de nuestras narices, pues muchas veces al usar un objetivo zoom nos volvemos perezosos y tendemos a quedarnos estáticos en un punto y emplear las diferentes focales para albergar en la imagen todo lo que queremos destacar.
Una aplicación muy habitual de este objetivo es la realización de retratos, pues empleando aperturas grandes vamos a poder desenfocar mucho el fondo realzando el motivo retratado. El efecto es bonito y efectivo como ya he podido comprobar en alguna ocasión. Desde luego que esta modalidad de fotografía no es en la que mejor me desenvuelvo, pero de un tiempo a esta parte me he propuesto fotografiar personas además de calles, edificios y objetos hasta el punto de haber abierto un álbum en Flickr dedicado a esa temática.
En fin, cada día estoy más contento con este objetivo. De hecho me estoy planteando hacerme con el AF-S 35mm 1.8 que Nikon ha presentado recientemente y que además de poseer un ángulo de visión un poco más ancho que el 50mm, enfoca automáticamente en la D40, por lo que creo que sería una buena inversión. De todos modos, también me llama mucho la atención el tema de hacerme con un ultra-gran angular, pero eso es otra historia de la que os hablaré más adelante. De momento disfrutaré de lo que tengo, que no es poco, pero llegado el momento la elección va a ser complicada porque el presupuesto, de momento, no da para los dos.
¡Un saludo!
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Cuando me compré la Nikon D40 me planteé también los objetivos que me gustaría tener, llegando a la conclusión de que aparte del gran angular que viene con la cámara me haría falta un teleobjetivo moderado y algún objetivo bastante luminoso de focal fija . Como os comentaba hace unos días el tele no tardó en aparecer y ayer, por fin, me acerqué a Madrid para hacerme con el ansiado AF-D Nikkor 50mm 1.8D gracias a un amable forero de Nikonistas que se ofreció a vendérmelo, pues sabía que lo estaba buscando desde antes de Navidad y en las tiendas actualmente es imposible encontrar uno (hay rotura de stock). En general, los que somos aficionados a la fotografía somos muy cuidadosos con nuestras cosas, y no hay más que ver el perfecto estado del «50 1.8» que he adquirido hace apenas unas horas para darse cuenta de que es una teoría bastante válida. La verdad es que da gusto ver que hay más gente cuidadosa por el mundo de lo que podría parecer a primera vista.
Puesto que había bastante tráfico en la carretera regresé a casa prácticamente a la hora de cenar, así que apenas tuve tiempo de colocarlo en mi cámara y probarlo; pero no perdí la ocasión de hacerle alguna fotillo según lo saqué su caja para ilustrar esta entrada. Os pongo a continuación las imágenes del objetivo y de toda la «Familia Nikon» que, por cierto, considero completa a medio plazo porque con estos tres objetivos puedo cubrir muchos tipos de fotografía y en principio no me haré con ninguno más de aquí a unos cuantos meses. De todos modos, junto con esta última adquisición se ha venido también a mi casa un elemento que me será muy útil para retratar paisajes y del que ya os hablaré más adelante 😉
La "familia Nikon": delante del cuerpo de la D40 de izquierda a derecha podéis ver el AF-S 18-55, el AF-D 50 1.8 y el AF-S 55-200 con su parasol