Review: Trustfire Mini2

Como ya os anuncié en la entrada sobre la Olight i1R 2 EOS Desert Tan, tenía pensado hablaros de algún otro modelo de parecidas dimensiones. Pues bien, la que vamos a ver hoy es una de las linternas más pequeñas que existen en el mercado y capaz además de dar una intensidad lumínica sorprendente: la Trustfire Mini2.

El cuerpo

El cuerpo de la Mini2, fabricado en aluminio con recubrimiento anodizado de tipo III en color negro, tiene una longitud de 39 mm y un diámetro de 14 mm, contando con un peso de tan sólo 11 gramos incluyendo la batería tipo 10180 de 80 mAh como la que equipan casi todas las linternas de esta categoría. Según Trustfire cuenta con certificación IPx8 (lo que la hace sumergible hasta un metro de profundidad) y soporta caídas de hasta un máximo de 2 metros de altura.

Aunque es cierto que la miniaturización de la electrónica sigue en constante evolución, no veo factible que alguien pueda fabricar una linterna con unas dimensiones muy inferiores a esta que hoy os presento. Lo mismo dentro de un par de años me tengo que comer mis palabras, pero creo que reducir más las cotas haría que manejar la linterna fuera una tarea exclusiva para manos de relojero.

En este caso, a diferencia de la Olight, la batería es reemplazable por el usuario desenroscando la tapa trasera de la linterna, de modo que podemos desguazarla en cuatro partes como podéis apreciar en la siguiente fotografía:

Como veis, con la linterna así desmontada se corre el riesgo de perder cualquiera de sus piezas porque son tremendamente pequeñas (fijaos en la moneda de dos euros a modo de comparación). Podéis cargar la batería en un cargador externo si sois capaces de dar con uno que acepte baterías tan pequeñas; pero lo mejor creo que es cargar la batería en la propia linterna y de ese modo sólo tendréis que desacoplar la cabeza, ya que el conector microUSB está en la rosca plateada de la parte superior del cuerpo.

Durante la carga se encenderá en color rojo un discretísimo LED alojado bajo una lámina blanca que pasará a verde cuando esta haya finalizado. Si habéis dejado la batería seca la carga de la misma durará aproximadamente una hora y durante el proceso la linterna no se calienta lo más mínimo.

Ya conocía este pequeñísimo formato de batería por la Wuben G338 que analicé hace tiempo aquí, pero no dejo de sorprenderme cada vez que la saco de la linterna y la sostengo en mi mano: su tamaño es como el de una judía blanca y parece mentira que algo así pueda almacenar energía como para sacar luz (a pocos lumens, claro está) durante horas.

Si le quitáis la anilla que trae en la parte trasera podréis poner la linterna en vertical haciendo tailstanding de modo que podéis lanzar la luz hacia el techo de la estancia para que así rebote y se difunda mejor. Por cierto, en la caja se incluye una segunda anilla (de un tamaño algo superior a la que viene acoplada), una junta tórica de recambio y un cable de carga microUSB de unos 20 cm de longitud.

La luz

Es sorprendente cómo de algo tan minúsculo como este modelo de linterna puedan salir 5 lumens durante la friolera de 7 horas y media sin rastro de PWM o unos bestiales 220 lumens durante 23 minutos. En serio, si la Wuben ya dejaba bocas abiertas cuando la ponías en el modo Alto con sus 130 lumens, imaginaos esta que es capaz de sacar aproximadamente un 70% más de intensidad lumínica. Es como si de la punta de tus dedos surgiera luz como para alumbrar toda una habitación.

Si os fijáis en la lente TIR que recubre el LED (un CA18-3X de la marca Genesis Photonics) veréis que tiene una pequeñísima área central con una textura rugosa para distribuir de forma más uniforme la luz en esa parte del haz. Cuando encendemos la linterna en el modo Bajo veremos que la luz sale únicamente de un pequeño punto, que no es otra cosa que el emisor LED. Sin embargo, cuando cambiamos al modo Alto veremos cómo la lente TIR hace su función y toda ella resplancede con fuerza (ojo, no miréis muy directamente que duele) distribuyendo la luz de forma más amplia.

Aun así, a diferencia de otros modelos similares en los que todo el haz es uniforme, en la Mini2 se aprecia una zona central de perfil cuadrado y bordes amarillentos en la que la luz es algo más intensa y tiene un mayor alcance pero sin que esto implique que el resto del haz (cuyo perímetro exterior es de forma circular) quede en penumbra como ocurre en linternas más orientadas al alcance puro y duro. Como ya os he contado alguna vez, la ventaja de las lentes TIR es que los diseñadores pueden controlar muy bien cómo quieren que se distribuya la luz que arroja la linterna aunque lo malo es que no tienen la bonita estética de los reflectores.

Como suele ser habitual en este tipo de linternas, desde la posición de apagado la encenderemos en modo Bajo girando la cabeza en sentido horario y si seguimos dando vueltas en el mismo sentido pasaremos al modo Alto. Para volver al modo Bajo y posteriormente apagarla sólo tenemos que girar la cabeza (la de la linterna, no la vuestra) en el sentido contrario. Simple y efectivo.

Por último, no quiero dejar de pasar por alto que la Mini2 se calienta bastante cuando usamos el modo Alto. Es lógico porque estamos sacando 220 lumens de un cuerpo muy pequeño y por tanto el calor que se genera en su interior es importante. No llega a quemar pero sí que alcanza un punto cuando ya lleva unos 10 minutos encendida en el que llega a ser molesto. Aun así, lo habitual es que si usamos el modo Alto sea por breves periodos de tiempo, empleando este modelo por su filosofía casi siempre en modo Bajo, donde la linterna no se calienta nada y la batería dura muchísimo más.

Las sensaciones

Me gusta el tacto sólido como una roca de esta linterna y a la vez lo pequeña que se nota en las manos. Creo que es importante en unos modelos que están destinados a convivir en el bolsillo con llaves y monedas que no tendrán piedad ninguna de ellas; y es que si no están fuertemente construidas acabarán prácticamente deshechas al poco tiempo de usarlas por el duro trato al que se las somete.

Desde luego no es el caso de ninguna de las tres linternas de este tamaño que hasta el momento he analizado aquí y que os muestro en las dos siguientes fotografías una junto a otra para que os hagáis una idea de las diferencias y semejanzas que hay entre ellas.

Como podéis apreciar, la más pequeña (por unos milímetros) es la Mini2, seguida por la Wuben y en último lugar la Olight con su sistema de cuerpo extensible para cargar la batería, que es lo que la hace especial respecto a sus compañeras, así como un diámetro ligeramente mayor. Pero como os decía antes, podéis confiar en cualquiera de las tres como fiel compañera de batallas porque están construidas con la resistencia como pilar fundamental.

Lo que no me acaba de convencer del todo en la Mini2 es la sensación de fragilidad de su rosca trasera si andamos quitándola y poniéndola, ya que sus hilos son tan finos que a veces la tapa entra un poco de lado y como intentes hacer fuerza lo mismo te la cargas, que es aluminio y es débil. Una razón más para no cargar la batería fuera de la linterna, ya que esto que os digo ocurre en la rosca de la tapa trasera, necesaria únicamente para extraer la batería. La rosca de la cabeza está hecha con la durabilidad en mente y tiene un tacto mucho más sólido.

Aparte de esto, estéticamente creo que estamos ante una linterna bonita y elegante; sobre todo en la parte del enganche trasero por su sobria combinación de aristas y curvas y también en las discretas líneas que recorren su cabeza en sentido longitudinal. No me parece tan refinada la lente TIR con esos cuatro puntos que tiene y que no sé muy bien para qué están ahí en medio, pero bueno, tampoco es una cosa que vayamos a estar mirando constantemente, así que podré vivir con ello.

Conclusión

La Trustfire Mini2 es una linterna para llevar encima y no darnos cuenta de ello. Lo más seguro es que la utilicemos en su modo Bajo por dar una potencia lumínica suficiente para pequeñas tareas, pero seguro que no nos resistimos a hacer uso de su modo Alto; sobre todo a la hora de mostrar lo que este mini-modelo puede hacer, aunque hemos de ser conscientes de que así nos quedaremos sin batería en poco tiempo.

Yo hubiera metido un modo Alto menos potente pero que llegara a unos 45 minutos de autonomía, ya que los 23 minutos que da (y por mis pruebas ese es el tiempo más o menos que le vamos a poder exprimir a su 10180) se me hace un poco corto; pero he de reconocer que la luz que emite en ese caso es alucinante para ser un modelo tan pequeño. Ya lo decían en Blade Runner: «La luz que brilla con el doble de intensidad, dura la mitad de tiempo».

¡Nos leemos!

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Review: Olight i1R 2 EOS Desert Tan

Hace ya un par de años, una minúscula linterna de titanio se ganó un lugar en mi llavero y durante el tiempo que me acompañó me sacó de bastantes apuros tanto en mi trabajo como en mi vida personal. Y aunque es verdad que en los últimos tiempos no hago más que verle las ventajas a los modelos con batería integrada, sigo admirando a las campeonas del minimalismo como esta Olight i1R 2 EOS, que es el modelo más pequeño que la marca comercializa actualmente.

Como podéis ver en la fotografía anterior, he optado por una edición un poco especial que es la denominada Desert tan que consiste en que el anodizado del aluminio es de color arena oscura; aunque a mí más bien me recuerda al chocolate o a los granos del café. Ya que estaba preferí elegir una edición que fuera algo diferente a la típica linterna de color negro para darle un poco de color a mi colección, vaya.

El cuerpo

El tamaño de la i1R 2 EOS es realmente diminuto. Sus dimensiones son 44 mm de largo por 15 de diámetro y tiene un peso de 13 gramos. Por su especial distribución, la parte móvil no va a ser la cabeza sino el cuerpo, ya que en este caso éste tiene una longitud mucho menor que la parte donde va alojado el LED de forma que aunque todo es relativo, lo que en realidad vamos a mover para encender la linterna, cambiar entre sus dos modos de funcionamiento y acceder al puerto de carga microUSB es el cuerpo.

La batería empleada por esta minúscula linterna es una 10180 de iones de litio; sólo que a diferencia de la Wuben que usé durante muchos meses, esta no es accesible por el usuario porque va en un compartimento sellado inaccesible para el usuario. No conozco el dato de capacidad de la misma, pero por sus dimensiones todas ellas se suelen mover entre los 70 y los 90 mAh, así que no creo que esta sea una excepción.

Para acceder al puerto de carga debemos girar en sentido antihorario el cuerpo de la linterna de modo que llegará un punto en el que actuará un muelle interno que desplegará aproximadamente un centímetro el cuerpo dejando a la vista el conector y un pequeño LED que se pondrá rojo o verde dependiendo de si la linterna está cargando o ya ha terminado el proceso.

Desde luego lo de extender el cuerpo es, a efectos prácticos, un sistema mucho mejor que el de la mayoría de las linternas de este tipo que nos obligan a desmontar la cabeza para poder conectar el cable de carga con el riesgo de que podamos perderla. Ah, comentar que la linterna tiene un precio de unos 15 euros y que en la caja viene de regalo un cable microUSB con los extremos azules así como un pequeño mosquetón. Por supuesto, en la parte trasera de la linterna tenemos un enganche donde va integrada una anilla de acero que podemos desmontar si no queremos hacer uso de ella.

La Olight i1R 2 EOS tiene una serie de líneas longitudinales tanto en la cabeza como en el cuerpo muy típicas de la marca que nos permiten agarrar con seguridad la linterna. No son muy profundas, pero al ser tantas la rugosidad es suficiente como para que no se nos vaya al suelo un aparato del tamaño del que hoy os muestro, así que muy bien por Olight en este sentido.

La linterna posee certificación IPX8, que implica que no se ha probado su resistencia al polvo pero que podemos sumergirla en agua a un metro de profundidad durante todo el tiempo que queramos. Además, Olight asegura que resiste caídas de hasta 1,5 metros de altura; de modo que en principio que se os caiga del bolsillo no debería ser un problema.

La luz

En su modo Bajo la linterna que hoy analizamos ofrece 5 lumens que, si bien pueden parecer pocos, nos ayudarán a localizar algo en plena oscuridad o a meter la llave en una cerradura mal iluminada. Si giramos un poco más el cuerpo pasaremos al modo Alto, que da unos sorprendentes 150 lumens aunque reduce la autonomía a escasos 15 minutos frente a las seis largas horas del modo anterior. Aclarar que los tiempos que declara Olight no son hasta que la linterna se apaga; sino hasta que la luz baja a un 50% del valor inicial del modo. Por lo que he comprobado, son valores cercanos a la realidad.

Por cierto, me hace mucha gracia la chuleta que tenemos en la parte trasera para que nos acordemos de cómo va esto de los modos. Es la linterna-llavero ideal para los despistados.

En lo que respecta al emisor de luz, se trata de un LED en formato CSP (mayor integración de componentes para conseguir un encapsulado de menor tamaño) con una lente TIR sobre él que consigue un haz de luz suave pero que llama la atención por tener forma cuadrada; cosa que ocurría con la Nitecore TIP2 por la forma de su frontal pero no en linternas de cuerpo cilíndrico como esta.

Sea como sea, la luz es muy blanca, bien distribuida en un haz bastante ancho y en su modo más potente es capaz de iluminar a unos cuantos metros, cosa que no creo que sea necesaria salvo en ocasiones contadas, ya que el propósito de este tipo de linternas es servir de luz auxiliar para ciertas tareas del día a día y el modo Alto nos dejaría sin batería en un momento.

Las sensaciones

Jugar con la linterna entre los dedos es una delicia por el tacto suave de sus roscas, el sistema de extensión por muelle y por la calidad de sus acabados (Olight apenas tiene rival en ese sentido). Con su minúsculo tamaño no tiene sentido fuera de un llavero porque corremos el riesgo de perderla, lo que sería una pena.

El anodizado es de un tono original y parece resistente. Sé que el modelo anterior ha vivido en llaveros de gente durante mucho tiempo y ha aguantado el tipo más o menos bien, por lo que no creo que sus diseñadores hayan decidido dar un paso atrás en este sentido, pero esta es la típica cuestión que sólo el tiempo podrá respondernos.

En cuanto al uso, como todas las linternas de este tipo, todo es cuestión de tenerla a mano y ser conscientes de que está ahí. Cuando se junten esos dos factores veréis que la utilizáis multitud de veces al día en todas esas cosas que sin su empleo podríamos hacerlas pero nos obligarían a forzar la vista.

Ese es el sentido práctico de este tipo de modelos, ya que si para abrir la puerta de casa cuando no funciona la luz del descansillo tenemos que abrir la mochila, sacar el móvil y alumbrar al final lo haremos tanteando a oscuras. Sin embargo, si en las propias llaves que nos hemos sacado del bolsillo llevamos una luz que nos ayude a ver con claridad la cerradura no dudaremos en usarla.

Conclusión

Os la recomiendo si no tenéis otra linterna de este tipo porque al final son todas muy similares. En mi caso me hice con ella porque me llamaba la atención por el sistema de plegado/extendido del cuerpo para cargarla y porque me parece que Olight tiene unos acabados a los que otros fabricantes no son capaces de llegar.

Si no tenéis ninguna linterna de este tamaño (no es mucho más grande que la yema de un dedo) os recomiendo que la probéis y os daréis cuenta de las ventajas que tiene llevarla siempre encima. De todos modos, en los próximos días hablaremos de alguna opción más en esta gama de linternas, así que si estáis indecisos estada al tanto del blog.

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Review: Wuben G338

Hasta hace pocas semanas una Nitecore Tube de color negro iba siempre en mi llavero para todas esas ocasiones en las que viene muy bien tener una pequeña fuente de luz a mano. Sin embargo, cuando vi en Amazon esta linterna de la que hoy os voy a hablar llamó mi atención de inmediato, así que la compré y la verdad es que estoy encantado con ella desde el primer momento. Ahora os cuento por qué.

Wuben G338

Este modelo de la casi desconocida marca Wuben aúna dos elementos que me de por si ya me fascinan por separado: las linternas y el titanio. Cierto es que tengo una Thrunite fabricada en este material que, para mí, es una de las estrellas de mi colección; pero quería algo más simple que pudiera llevar en mi bolsillo sin sufrir demasiado si se arañaba con las llaves. Además, se trata de un modelo realmente minúsculo y con una batería de litio reemplazable y recargable a través de un puerto microUSB. ¿Qué más podría pedir?

Wuben G338

Wuben nos presenta esta linterna como un accesorio de moda hasta el punto de que viene acompañado de una fina cadena plateada por si nos la queremos colgar del cuello a modo de adorno. Sin embargo, nada nos impide (como hice yo) colocarle una pequeña anilla para integrarla en nuestro llavero y tenerla así siempre a mano.

Sus medidas son de aproximadamente 43 mm de largo por 13 de diámetro y tiene un peso de 21 gramos. Como veis, se trata de un modelo de muy pequeño tamaño que además al estar fabricado en titanio y llevar una batería de litio también es muy liviano.

Dicha batería no es muy habitual pero es estándar, de modo que se pueden encontrar repuestos tanto en tiendas de electrónica como en eBay y similares. Se trata de un modelo de iones de litio con referencia 10180 (4,2 Vcc. 70 mA/h) de tan sólo 18 mm de largo; y aunque es posible que haya cargadores así de pequeños para este tipo de baterías, lo mejor es recargarla dentro de la propia linterna. Un proceso que lleva aproximadamente una hora y que se realiza desenroscando la cabeza de la linterna para dejar al descubierto un puerto microUSB estándar oculto bajo la propia rosca.

Wuben G338

Wuben G338

Por cierto, junto al puerto de carga hay un pequeñísimo LED que se ilumina en color rojo durante la carga de la batería pasando a verde cuando esta se encuentra completamente cargada. La electrónica de la linterna corta la corriente de entrada cuando la batería no necesita más carga, de modo que no hay posibilidad de que la batería se sobrecargue.

En cuanto al uso como tal, la linterna se activa roscando la cabeza en sentido horario hasta el punto en el que veamos que se enciende. Ese es el modo más bajo (3 lumens, 6 horas) pero luego tenemos un segundo modo que se activa dando media vuelta más a la cabeza y el cual da bastante más luz de lo que una linterna de este tamaño nos podría hacer creer (130 lumens, 40 minutos). De hecho cuando le enseño esta linterna a alguien la enciendo y suele decir «Ah, pues da bastante luz» pero cuando conmuto al segundo modo abre los ojos como platos y exclama «pero… ¿y eso?» 😮

Que la linterna esté fabricada en titanio es un punto muy grande a su favor a la hora de ir junto a llaves y monedas en el bolsillo, ya que al ser un material muy duro no se marca con los inevitables roces que va a sufrir constantemente. De hecho mi linterna está prácticamente como el primer día pese a que soy una persona que camina bastante y que lleva ya cerca de un mes haciéndome compañía.

Wuben G338

Comentaros que el LED es un CREE XP-G2, que ya es un clásico en el mundo de las linternas de pequeño tamaño y que su tonalidad es bastante fría. No aprecio rastro de PWM en ninguno de sus modos y la linterna se supone que resiste caídas de metro y medio e inmersiones de hasta 2 metros. Mi consejo es que esto último no os lo toméis al pie de la letra y que simplemente penséis que aguanta un trato duro y que no pasa nada si se moja un poco.

En cuanto a precio, normalmente en Amazon suele encontrarse por unos treinta y muchos euros, pero cuando la vi fue gracias a una de esas «ofertas flash» que aparecen de vez en cuando y si no recuerdo mal me salió por aproximadamente veinte euros, que para mi gusto no está mal para un producto de este tipo.

Y poco más os puedo contar de esta pequeña linterna porque creo que con lo que os he expuesto os haréis una buena idea del servicio que puede prestar. De todos modos, para que se aprecie el tamaño que tiene he hecho la fotografía que tenéis bajo estas líneas en la que he juntado la Wuben con una Olight i3E EOS, una Nitecore Tube y una moneda de 2 euros de origen italiano.

Wuben G338

¡Nos leemos!