Si hay algo que me gustó fotografiar durante mi estancia en Oropesa del Mar fueron los amaneceres y atardeceres, pues la luz del mar otorga a estas instantáneas un aire muy especial.
Precisamente a estos últimos pertenece una fotografía que hice desde el mirador de Torre Colomera instantes después de la puesta de sol y que ahora me parece un bonito recuerdo de aquel pintoresco lugar.
El naranja intenso del cielo junto al negro del contraluz tanto del primer plano como del fondo así como la textura de la superficie del mar buscan una composición sencilla y «tranquila» en la que, si os fijáis, se aplica de forma casi matemática la regla de los tercios.
Este tipo de fotografías son producto de la paciencia; y es que recuerdo que para hacerla subí allí cuando al sol todavía le quedaba un rato para ocultarse y fui tomando varias instantáneas para luego en casa elegir la más adecuada. Las anteriores a esta mostraban un cielo excesivamente claro; mientras que en las posteriores el contraluz no era lo suficientemente acusado (aunque en otra entrada os mostraré una fotografía hecha durante la blue hour).
Como veis no es cuestión de llegar, disparar y largarse; sino que la cosa necesita de una mezcla de paciencia, sensibilidad y «buen ojo».
¡Nos leemos!