Consejos para hacer fotos con un ojo de pez

El ojo de pez es, probablemente, el tipo de objetivo más difícil de manejar a la hora de componer nuestras fotografías. Su casi infinita profundidad de campo, el amplísimo ángulo de visión que abarca y las deformaciones que produce hacen que tengamos que emplearnos a fondo si queremos obtener buenos resultados.

Obras magistrales

Obviamente, las primeras fotografías que hagamos con él nos parecerán espectaculares por el simple hecho de cambiar radicalmente la percepción visual del mundo que nos rodea; pero si no afinamos la técnica podemos caer en la repetitividad y el aburrimiento a las primeras de cambio.

1. Profundidad de campo

La escasa distancia focal de los ojos de pez consigue que tengamos una profundidad de campo (PDC) casi infinita a cualquier apertura. Esto implica que todo lo que metamos en el encuadre aparecerá nítido y en ningún caso vamos a poder destacar un elemento sobre los demás desenfocando el fondo como solemos hacer con los retratos.

Por tanto, la única manera de hacer que un elemento destaque por encima del resto usando un ojo de pez consiste en echarnos literalmente encima de él para que así ocupe la mayor parte del encuadre y de ese modo se convierta en el protagonista de la escena como en el ejemplo que tenéis a continuación.

Prohibido sobre prohibido

2. Ángulo de visión

Un ojo de pez tiene un ángulo de visión tan amplio (180 grados en diagonal los más habituales) que no siempre es fácil conseguir que no se cuele nada que no queramos en la imagen. En multitud de ocasiones comprobaremos cómo aparece en los bordes del encuadre una pata del trípode, la correa de la cámara, nuestra sombra o incluso nuestros propios pies. Por lo tanto, lo mejor es asegurarnos bien antes de dar la toma por buena que no hay ningún elemento indeseable en nuestra fotografía, ya que luego mala solución tiene a no ser que seamos unos manitas del Photoshop (que no es mi caso, por cierto).

Aunque por otra parte, también puede que sea esto precisamente lo que andamos buscando como me ocurrió a mí al hacer esta fotografía:

En mi propio encuadre

3. Distorsión óptica

La característica más llamativa de los ojos de pez es que distorsionan la imagen de tal manera que las líneas tienden a curvarse más a medida que nos alejamos del centro de la imagen. Por tanto, si cruzamos el encuadre con dos líneas rectas (una vertical y otra horizontal) por su parte central vamos a ver que no se aprecia deformación alguna en ellas. Sin embargo, en cuando empecemos a desplazarlas hacia los bordes del encuadre estas se curvarán más cuanto más nos alejemos del centro tal y como se puede ver en la siguiente imagen:

Ya no me asomo a la reja

Visto esto, en el caso de querer retratar un paisaje con un ojo de pez podemos optar por colocar el horizonte en el centro del encuadre de tal modo que aparezca recto o bien desplazarlo hacia la parte superior o inferior de tal modo que se curve más o menos en función del efecto buscado.

Aun así, si queréis conseguir paisajes resultones yo os recomiendo que le echéis un poco de creatividad al asunto y coloquéis el horizonte en ángulo; algo que dará lugar a paisajes extraños donde ni las líneas horizontales ni las verticales tendrán proporción alguna unas con otras (los edificios se curvarán como si fueran de gelatina).

Acantilados

Lo que no suele funcionar demasiado bien con los ojos de pez son las formas redondeadas. Doblar una curva puede dar lugar a dos cosas en función de su forma y la posición que ocupe en el encuadre: que se convierta en un churro o que se enderece hasta casi formar una recta. Sea como sea, aunque como en todo hay excepciones, ya os digo que los ojos de pez dan mejores resultados cuando retratamos elementos formados principalmente por líneas rectas.

Poco adecuado para retratos formales

A estas alturas del artículo y teniendo en cuenta todo esto que os he comentado, ya os estaréis imaginando que un ojo de pez no es recomendable para retratos más o menos formales, ya que los resultados siempre son extraños (cabeza grande, piernas cortas…) como podéis apreciar en el siguiente ejemplo (donde, por cierto, se han colado mis pies en el encuadre):

Review Falcon 8mm fisheye f/3.5

Obviamente, si estamos buscando algún tipo de efecto visual como los que hemos visto anteriormente, podéis usar el ojo de pez para lo que se os ocurra; pero en general no son adecuados para emplearlos con personas a no ser que las situemos en el centro del encuadre.

¡Arre caballito!

Aplicaciones recomendadas

En todo caso el ojo de pez tiene dos usos que para mí son de lo más interesantes: interiores y paisajes. Precisamente las dos aplicaciones principales de los angulares; y es que un ojo de pez no es más que una focal muy corta (angular extremo) a la que no se le han corregido las distorsiones que presenta. Vamos a ver por separado ambas aplicaciones:

Interiores

Gracias a la amplitud del ángulo de visión de un ojo de pez podemos conseguir abarcar casi toda una estancia en una sola fotografía sin provocar grandes distorsiones si sabemos colocarnos en el sitio adecuado. Este tipo de imágenes sitúan al espectador en el centro de la acción y le hacen partícipe de la escena. Tenéis algunos ejemplos a continuación:

Colegio de Málaga a vista de pez

Detrás del volante

Terraza de la escuela politécnica

Paisajes

En el caso de los paisajes, la gracia del asunto consiste en la deformación de los elementos de la escena, ya que toda línea recta que quede más o menos cercana a los bordes de la imagen se curvará de tal modo que siempre capta la atención del espectador. Además, todo patrón geométrico en forma de ventanas, baldosas, etc que ocupe buena parte del encuadre quedará deformado de forma irregular según la posición que ocupe en la imagen. Tenéis unos ejemplos de esto que os digo a continuación:

Paseo del Henares

El centro de Alcalá a vista de pez

Jump! (they say)

Nueva Alcalá a vista de pez
Resumiendo

Como veis, las posibilidades que brinda un ojo de pez son muchas y variadas si somos conscientes de sus características así como sus puntos fuertes y débiles.

Si sabemos componer adecuadamente con él podremos conseguir imágenes muy atractivas que captarán poderosamente la atención del espectador; pero si nos limitamos a hacer la típica foto simétrica en la que la mayor parte del encuadre aparece vacío nos cansaremos rápidamente de él y nuestro flamante fisheye acabará en el cajón de los trastos.

Prisionera del viento

Más información

* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia

17 pensamientos en “Consejos para hacer fotos con un ojo de pez

  1. Acabo de comprar un ojo de pez Rokinon 8mm, f/3.5. Entre una de las aplicaciones que tengo pensado es emplearlo en astrofotografía. Tus comentarios me parecen muy utiles y los aplicare este fin de semana.

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  2. Magnifico blog, estoy haciendo el tfg y si tienes un hueco de aquí a unos 4 meses me gustaría intercambiar un correo contigo, ya que tengo algunas dudas acerca de los ojos de pez, yo estudio ingeniería. Un saludo y gracias de antemano.

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