Antes de venir aquí no tenía muy claro si iba a hacer buen tiempo o no. Sin embargo todos y cada uno de los días han sido tal que así: mucho sol, mucho calor y cero lluvias.
Y aunque hay que reconocer que el agua está bastante fría, no he faltado a mi cita con el Mediterráneo ni una sola mañana; porque meterse en el mar cuesta un poco, pero una vez que te pones a nadar ya no quieres salir por nada del mundo de lo a gusto que se está.
¡Lástima que este mini-verano esté a punto de terminar!