Antes de la lluvia el cielo se empezará a cubrir de nubes negras avisando de que la descarga de agua es inminente. Pero aunque te entren ganas de meterte en casa hasta que todo haya pasado, te recomiendo que no salgas corriendo sin mirar atrás; sino que te quedes y te prepares para disfrutar de un cambio de tonalidades que en pocos minutos variará por completo la apariencia de todo lo que te rodea.
Durante estos preámbulos la ciudad acentúa sus contrastes cromáticos: el sol se vuelve naranja y las nubes parecen la paleta de un pintor; pero éste es sólo el primer paso de un proceso que merece la pena disfrutar de vez en cuando y que hoy me gustaría mostraros a través de tres entradas consecutivas que iré publicando entre hoy y mañana.
No sé ni cómo te atreves 
No sé que es más bonito, si el texto o la foto. ¿Está tratada de algún modo, o era así tal cual? ¿HDR?
Aunque el aviso de las «eyecciones de perro» corta un poquito la magia del momento 😉 O le aporta un poco de gracia, según se mire.
Ya te lo he dicho antes, pero no puedo evitar repetirme: eres un mamonazo, cada vez que entro en tu blog se me pasan las horas leyendo y viendo fotos, no puedo evitarlo, me engancha.
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Hola Aliana:
En la foto apenas he tocado nada; un poco la saturación de los colores; pero básicamente lo que se veía era lo mismo que aparece en la foto. En cuanto a lo de «lo de los perros» se trata de un elemento urbano más, de modo que tiene derecho a salir en la foto, ¿no? 😛
Me alegro de que el blog te tenga enganchado. ¡Un saludo y gracias por tu comentario!
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