Ignoro por completo qué ha llevado a un abandono casi total al pequeño centro comercial situado en el campus universitario de Alcalá de Henares. Hace unos años uno podía encontrar allí varios negocios como una copistería, una autoescuela o una tienda de alimentación entre otras cosas; pero a día de hoy lo único que queda es una sucursal del banco Central Hispano y un pequeño estanco en la parte exterior del recinto.
En la parte interna no queda absolutamente nada abierto: todo son cierres metálicos bajados, polvo y penumbra. Ni rastro de actividad en ningún lugar pese a que las residencias universitarias que hay junto a este lugar siguen llenas de estudiantes que, supongo, habrán decidido hacer sus compras en el Mercadona que hay a apenas 500 metros de este lugar.
Incluso el siempre bullicioso gimnasio parece haber perdido toda su actividad desde hace mucho tiempo viendo sus máquinas cubiertas de polvo y los grafittis que hay en los cristales.
Hacía tiempo que no publicaba fotografías de estos lugares abandonados que siempre me llaman tanto la atención; y espero hacerlo más a menudo porque cuando me pongo a recordar cosas como las que viví en los alrededores de este mercado abandonado (sin ir más lejos una novia de aquellos años se sacó el carnet de conducir en la autoescuela que os decía antes) me traslado por unos instantes a épocas pasadas que ya no volverán.
El año que estaba de objetor en el Hospital de Alcalá,en el año 2000, iba mucho al estanco a comprar prensa y en el supermercado también era cliente habitual.
Una pena que hayan cerrado prácticamente todo,pero tal y como comentas Mercadona les ha hecho mucho daño.
Me gustaMe gusta
Sí, más o menos esa es la época en la que mi ex-novia iba a la autoescuela que comento. Recuerdo que por aquellos años aquello bullía de gente; pero ahora mismo es casi como un pueblo fantasma. Me pregunto: ¿cómo estará el Nívola? (porque en aquella época a veces iba por allí y muchas veces casi no se podía ni entrar).
¡Un saludo, Magneto!
Me gustaMe gusta
Bonitas fotos, aunque no conozco el sitio.
Lo que da de si un ojo de pez, ¿eh? 😛
Me gustaMe gusta
Pues sí, no veas el juego que da. Es muy muy divertido de usar, sobre todo porque acostumbrado a usar objetivos lineales, todo toma formas extrañas y las cosas que parecen estar a varios metros en realidad están a escasos centímetros del frontal del objetivo.
Hubieran quedado unas fotos geniales con él dentro del palacio de cristal aquella mañana, pero pesa bastante y aquel día opté por no llevarlo encima 😦
¡Un saludo, Ricardo!
Me gustaMe gusta
Donde esta el mini-mercado??
Me gustaMe gusta