Si alguna vez habéis hecho una fotografía a alguien que tenía una fuerte luz a sus espaldas os habréis dado cuenta de que la cámara ha medido la luminosidad de la escena erróneamente y ha subexpuesto el sujeto principal (es decir, que la persona ha salido demasiado oscura) porque la luz del fondo es la que ha predominado sobre la menor iluminación del modelo situado en primer plano. Del mismo modo, si empleamos medición central (o puntual) para exponer correctamente a nuestro modelo, nos vamos a encontrar con un fondo muy quemado debido a que el tiempo de apertura del objetivo ha sido demasiado largo para la cantidad de luz que aparece en el resto de la imagen.
Otro problema habitual es que si estamos haciendo un retrato a alguien con el sol «en todo lo alto» (poco recomendable, pero a veces no nos queda más remedio) van a aparecer molestas sombras bajo barbilla, nariz y cejas; dando lugar a una fotografía en la que no se aprecian bien los detalles del rostro de la persona retratada como podéis ver en el siguiente ejemplo.

Foto sin flash. Observad las sombras bajo barbilla, nariz y cejas
Para evitar estas situaciones, es una buena idea emplear el flash que viene con nuestra cámara (en el modo llamado «flash de relleno») o uno externo si tenemos la suerte de disponer de él. De este modo, la diferencia de iluminación entre las zonas más oscuras y más claras de la imagen será más reducido y podremos exponer correctamente al sujeto principal sin quemar el fondo así como eliminar en buena medida las sombras a las que anteriormente hacíamos referencia.
Eso sí, hay que tener en cuenta que vamos a tener una limitación en la velocidad máxima a la que podemos disparar con nuestra cámara si empleamos el flash tal y como os comenté en la entrada que trataba sobre el funcionamiento del obturador.

Empleando el flash desaparecen en gran parte las sombras anteriores
De lo que se trata es de conseguir que no haya demasiada diferencia de luminosidad entre las zonas más oscuras y las más claras de la imagen, pues en caso de que haya una gran variación entre unas y otras nos va a tocar sacrificar una de ellas como os contaba en aquella entrada que explicaba por qué se queman algunas zonas de las fotografías.
Como veis, lo que os he contado hoy es algo extremadamente simple pero que da muy buenos resultados. Hay gente que sólo emplea el flash para iluminar lo que va a fotografiar cuando hay poca luz; pero incluso a pleno sol, el flash es una gran ayuda para conseguir fotografías bien iluminadas.
De cualquier modo, en una próxima entrada sobre fotografía seguiremos hablando de los flashes (en este caso de sus limitaciones 😉 ).
* Todos los artículos de este tipo en https://luipermom.wordpress.com/fotografia
Curioso, hace relativamente poco descubrí by myself eso mismo al indagar por qué en una foto absolutamente soleada, mi Nikon preparaba y disparaba el flash. Mi anterior compacta evidentemente no hacía eso… 🙂
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Entonces ya has visto que es bastante útil. Yo antes era anti-flash total, no lo quería ni en pintura; pero desde que descubrí lo del «flash de relleno» por pura casualidad (más o menos como lo has descubierto tú) me di cuenta de que ciertas fotografías mejoraban bastante si lo empleaba.
De hecho, no descarto en un futuro hacerme con un flash externo, pues da un montón de posibilidades al poder rebotarlo en las paredes y difuminar la luz que da… Bueno, eso es otra historia sobre la que un día de estos me animaré a escribir algo, jeje.
¡Un saludo!
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