Acabo de leer en El País que la fábrica de Poliseda (dedicada a la producción de hilo industrial) echa el cierre en esta ciudad, lugar en el que llevaba asentada desde 1965.
Al margen de los 120 empleos que se van al garete con este nuevo cierre, queda claro que no son buenos tiempos para la industria en la zona del Corredor del Henares: en los dos pasados años se perdieron 1500 puestos de trabajo por cierres de empresas o por traslado de las mismas a otros lugares, lo que supone una preocupación para los que nos vamos a dedicar a este tipo de actividades profesionales.
Estoy a punto de salir de la facultad con el título de ingeniero técnico industrial en la especialidad de electrónica industrial bajo el brazo, y cualquier noticia de este tipo es una mala noticia para mí.
Y si lo es para mí, imaginad cómo será para las familias cuyo sustento depende de esos puestos de trabajo que se están perdiendo día a día.
Lo peor de todo es que al final todos estos cierres y traslados siempre están motivados por lo mismo: el vil metal…